
Pero desde hace unos años las cosas cambiaron, la llegada de la señora Carolina Ardila y su figuración actual como dueña y “doliente” principal le han cambiado el rumbo al equipo. Este se ha extraviado en las consecuencias de un gran conflicto de intereses de quien ahora no se preocupa por la gloria deportiva del equipo sino por la venta de jugadores y el crecimiento de su empresa, que maneja esos mismos jugadores y allí, en implícitas pero evidentes consecuencias, nuestro club amado ha entrado en un bache de descoordinación entre dueños, directivos, varios cuerpos técnicos, muchos jugadores y toda la hinchada. Hemos sentido que las cosas cambiaron con pésimos e insoportables resultados para la institución, como 7 torneos sin ganar nada.
El panorama es aún más oscuro ante algunas políticas institucionales que parece se impusieron definitivamente desde la llegada de Carolina, tales como no volver a invertir en una nómina de la altura del equipo, el no posibilitar el regreso de ídolos de la institución como Mejía y Macnelly (aunque hay que decir para hacer honor a la verdad, que cuando una representación de la hinchada contactó a Mejía, éste no se mostró muy interesado en venir) y de esta manera, quedamos muy preocupados por como el prestigio construido en los últimos años se arriesgue por caprichos, intereses personales, o peor aún, desconocimiento del significado real y popular de Atlético Nacional.
La hinchada pide cambios y resultados para hacer honor a la frase que nos hizo grandes en 2016… “Vamos todos juntos”, dirigentes, cuerpo técnico, jugadores e hinchada.