
Los lunes son de reflexión, de planificar lo que se va hacer en el transcurso de la semana, de mucho movimiento en lo laboral y otras funciones personales, todo también depende del cómo te haya ido el fin de semana.
La reflexión para hoy, tiene que ser de todos. Directivos, cuerpo técnico, jugadores e hinchas. El barco está suelto en un mar picado y con un capitán que es la primera vez que prueba las furias del mar. Los dirigentes están lejos de la realidad, los jugadores tratan de sobrevivir a una tormenta que hace mucho tiempo se veía venir, y los aficionados luchan por mantener la grandeza de un club que hoy se cae a pedazos.
El 5-0 propinado por el rival de patio, rompió los platos que venían quebrados, desnudó las falencias que todos conocíamos y nos abrió los ojos. Ojos que se habían nublados por un título que maquilló la realidad de un equipo que hoy vive de la historia, cual construcción histórica que se convierte en patrimonio cultural. Así es Atlético Nacional, el patrimonio que amamos y no queremos que se acabe.
La jerarquía se perdió pero el sentimiento sigue, la realidad es que en el fútbol no se vive de sentimientos, es un deporte cruel, no te perdona nada y si eres ciego, te abre los ojos como paso en el clásico. Aquí la culpa no es de los jugadores, aquí la culpa es de todos, incluyendo la prensa especializada. No podemos ser ajenos a una debacle que hace mucho tiempo viene caminando, a una destrucción que puede terminar muy mal. Ojo, todavía estamos a tiempo de recuperar lo perdido, pero todos debemos caminar en la misma dirección.
Informe de Deimer Pérez, periodista de NOTICIASDELVERDE.